Dice la Virgen (15:57 hs.)
“Hijito mío toma y escribe toda palabra las cuales son para mis hijos de todo mi pueblo, el mundo entero.Hijitos míos Soy Vuestra Madre; mis brazos, mi amor, mi corazón, están para todos mis hijos, ¿No sienten mi presencia?Aquí estoy a vuestro lado, tomando una a una cada intención. Las llevo ante vuestro Señor. Él sabe todas vuestras necesidades. Todo os doy como me lo pidan. Aquel hijo que confía, se entrega con amor, fe, abriendo vuestra mente y corazón, entregándose al Padre, encuentra la luz, la paz. Estar hoy y siempre en la Casa de Dios; sentir su mano, cómo los guía al caminar hacia la luz. Si todos vosotros hicieran esto ¡cuántas cosas os daría! Él Es luz, verdad, esperanza de hoy y del mañana. Les aseguro a aquél que tome toda palabra y abra las puertas de vuestra mente y corazón humilde, tomará sabiamente toda salvación.Que vuestra mente y corazón no sea una casa cerrada: llamo, nadie me abre. Esos son los que no tienen fe, no creen en nada ni en ellos mismos. Si me dejaran vivir en vosotros volverían a nacer espiritualmente eternamente; vivirían en la luz de Cristo; vuestra vida sería de gracias y bendiciones.
Hoy y siempre sea alabado Su Nombre, Jesucristo El Señor Dios.”
Leed:
- Romanos 5, 1 al 5
- Juan 14, 12 al 17
MARÍA ROSA MÍSTICA
* * * * * * * * * * * * *
Romanos 5, 1 al 5
El fruto de la justificación
5:1 Justificados, entonces, por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.
5:2 Por él hemos alcanzado, mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
5:3 Más aún, nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce la constancia;
5:4 la constancia, la virtud probada; la virtud probada, la esperanza.
5:5 Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.
5:1 Justificados, entonces, por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.
5:2 Por él hemos alcanzado, mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
5:3 Más aún, nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce la constancia;
5:4 la constancia, la virtud probada; la virtud probada, la esperanza.
5:5 Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.
Juan 14, 12 al 17
Jesús, camino hacia el Padre
14:12 Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aun mayores,
porque yo me voy al Padre.
14:13 Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
14:14 Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré.
14:12 Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aun mayores,
porque yo me voy al Padre.
14:13 Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
14:14 Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré.
La promesa del Espíritu Santo
14:15 Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos.
14:16 Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes:
14:17 el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes, en cambio, lo conocen, porque él permanece con ustedes y estará en ustedes.
14:15 Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos.
14:16 Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes:
14:17 el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes, en cambio, lo conocen, porque él permanece con ustedes y estará en ustedes.