Dice
Manuel:
“Estoy con gente de Río Cuarto
(Córdoba), de Perú y de acá. Muchos fieles vienen a La Madre. En ese momento
voy a hacer unas oraciones por un enfermo. Ante mí (se forma) una gran luz. Al
centro veo a Nuestra Madre, Ella está triste con lágrimas en sus ojitos. Ella
dice:”
Habla
La Virgen:
“Hijito mío mi pequeño toma, escribe
estas palabras.
Hijitos míos Soy Vuestra Madre.
Estoy aquí a vuestro lado.
Os traigo una a una cada palabra de
las Santas Escrituras. Tomen toda palabra; háganla carne en vosotros.
Hijitos no dejéis de orar el Santo Rosario con amor, fe, entrega; con devoción
a Esta Madre la que hoy y siempre os trae toda palabra las cuales son de
Vuestro Señor Jesucristo Dios.
Hijitos ya es tiempo que entiendan,
que tomen conciencia: la única salvación está en Cristo del cual muchos se han
olvidado, lo han dejado a un lado. Muchos de vosotros estáis rodeados de
tinieblas, lejos del amor, la luz, la paz, la salvación.
Hijito
mío di al mundo lo que hoy has visto:”
Relata
Manuel:
“Hay siete ancianos. Están
escribiendo; y entre ellos está hablando El Señor. El “Anciano” dice”:
“Desde el cielo viene una nueva alianza la cual pactaré con mi pueblo la
cual será revelada. No todo está perdido, destruido por vosotros por tanta
soberbia, egoísmo. No miran al pueblo, al mundo, a sus hermanos. Miren bien,
tomen toda palabra. Ya lo ha dicho El Señor: esta tierra es la elegida. Aquí
nacerá de la vid nuevos brotes. Serán buenos sarmientos para un nuevo pueblo
donde se hable de amor, fe, paz, salvación.”
“Esta Madre junto a mi Amado Hijo
hemos sembrado hoy y siempre amor. Así quiero recoger de todos mis hijos amor a
manos llenas.”
“Si mis hijos predilectos tomaran
estas palabras como lo que es, sabrían hablar a mis hijos, enseñarían que hoy ha comenzado un nuevo tiempo. Ha
nacido para la Casa de Dios, (para) el pueblo una nueva esperanza, (un) cambio.
Aferraos con amor, fe, entrega, confiados digan CONFÍO EN TI SEÑOR.
No es bueno vivir para el
libertinaje, sino vivir para El Padre, saber buscarlo en la Casa de Dios.
No
se equivoquen, sepan que la mano del Padre está latente. Sean vosotros los
que siembren ese amor, fe en mis hijos de todo el mundo.
Así todo cambiará.
Os doy de mis manos copiosísimas
bendiciones.”
Leed:
- Isaias 56, 1 al 7
- Apocalipsis 2, 24 al 29
- Salmos 1, 1 al 5
DIOS PADRE y JESÚS, MARÍA ROSA MÍSTICA, LOS SIETE
ANCIANOS.
* * * * * * * * * * * * *
Isaias 56, 1 al 7
El Templo, Casa de oración para todos los pueblos
56:1 Así habla el Señor: Observen el derecho y practiquen la justicia, porque muy pronto llegará mi salvación y ya está por revelarse mi justicia.
56:2 ¡Feliz el hombre que cumple estos preceptos y el mortal que se mantiene firme en ellos,
observando el sábado sin profanarlo y preservando su mano de toda mala acción!
56:3 Que no diga el extranjero que se ha unido al Señor: "El Señor me excluirá de su Pueblo";
y que tampoco diga el eunuco: "Yo no soy más que un árbol seco".
56:4 Porque así habla el Señor: A los eunucos que observen mis sábados, que elijan lo que a mí me agrada y se mantengan firmes en mi alianza,
56:5 yo les daré en mi Casa y dentro de mis muros un monumento y un nombre más valioso que los hijos y las hijas: les daré un nombre perpetuo, que no se borrará.
56:6 Y a los hijos de una tierra extranjera que se han unido al Señor para servirlo, para amar el nombre del Señor y para ser sus servidores, a todos los que observen el sábado sin profanarlo
y se mantengan firmes en mi alianza,
56:7 yo los conduciré hasta mi santa Montaña y los colmaré de alegría en mi Casa de oración;
sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi altar, porque mi Casa será llamada
Casa de oración para todos los pueblos.
56:1 Así habla el Señor: Observen el derecho y practiquen la justicia, porque muy pronto llegará mi salvación y ya está por revelarse mi justicia.
56:2 ¡Feliz el hombre que cumple estos preceptos y el mortal que se mantiene firme en ellos,
observando el sábado sin profanarlo y preservando su mano de toda mala acción!
56:3 Que no diga el extranjero que se ha unido al Señor: "El Señor me excluirá de su Pueblo";
y que tampoco diga el eunuco: "Yo no soy más que un árbol seco".
56:4 Porque así habla el Señor: A los eunucos que observen mis sábados, que elijan lo que a mí me agrada y se mantengan firmes en mi alianza,
56:5 yo les daré en mi Casa y dentro de mis muros un monumento y un nombre más valioso que los hijos y las hijas: les daré un nombre perpetuo, que no se borrará.
56:6 Y a los hijos de una tierra extranjera que se han unido al Señor para servirlo, para amar el nombre del Señor y para ser sus servidores, a todos los que observen el sábado sin profanarlo
y se mantengan firmes en mi alianza,
56:7 yo los conduciré hasta mi santa Montaña y los colmaré de alegría en mi Casa de oración;
sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi altar, porque mi Casa será llamada
Casa de oración para todos los pueblos.
Apocalipsis 2, 24 al 29
Carta a la
Iglesia de Tiatira
2:24 En cuanto a ustedes, los demás de Tiatira, los que no
comparten esta doctrina ni conocen 'los secretos de Satanás' —como dicen ellos—
no les impondré nada nuevo,
2:25 excepto que conserven firmemente lo que ya poseen, hasta que yo vuelva.
2:26 Al vencedor, al que permanezca fiel hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones.
2:27 Él las regirá con un cetro de hierro y las destrozará como a un vaso de arcilla,
2:28 con el mismo poder que yo recibí del Padre; y también le daréla Estrella
de la mañana".
2:29 El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias".
2:25 excepto que conserven firmemente lo que ya poseen, hasta que yo vuelva.
2:26 Al vencedor, al que permanezca fiel hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones.
2:27 Él las regirá con un cetro de hierro y las destrozará como a un vaso de arcilla,
2:28 con el mismo poder que yo recibí del Padre; y también le daré
2:29 El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias".
Salmos 1, 1 al 5
El Señor protege el camino de los justos
1:1 ¡Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los impíos,
1:2 sino que se complace en la ley del Señor y la medita de día y de noche!
1:3 Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que produce fruto a su debido tiempo,
y cuyas hojas nunca se marchitan: todo lo que haga le saldrá bien.
1:4 No sucede así con los malvados: ellos son como paja que se lleva el viento.
1:5 Por eso, no triunfarán los malvados en el juicio, ni los pecadores en la asamblea de los justos;
1:1 ¡Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los impíos,
1:2 sino que se complace en la ley del Señor y la medita de día y de noche!
1:3 Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que produce fruto a su debido tiempo,
y cuyas hojas nunca se marchitan: todo lo que haga le saldrá bien.
1:4 No sucede así con los malvados: ellos son como paja que se lleva el viento.
1:5 Por eso, no triunfarán los malvados en el juicio, ni los pecadores en la asamblea de los justos;