Relata Manuel:
“Estoy en el oratorio con gente de
San Juan, San Luis, del país vecino Chile y de acá (Mendoza). Voy a buscar
estampitas. Siento una brisa, y es como si estuviera flotando a kilómetros (de
la gruta). Siento un exquisito aroma a incienso. Se hace una gran luz; al
centro veo al Señor. Con Él hay siete ancianos; de barba y cabello muy blanco.
El Señor dice con voz muy potente
y pausada”:
“Hijo, el pequeño de mi Madre, en tus manos están mis palabras, mi voz. Toma, escribe toda palabra. Una vez más estoy con todos vosotros.Hermanos de todo mi pueblo el mundo entero. Es un permanente llamado a los Presidentes, Gobernantes, a todos los que hacen la ley. A vosotros que sois las autoridades principales de la Casa de mi Padre: hoy es el tiempo de tomar toda palabra de la Santa Escritura.
Ya lo he dicho: no todo está perdido. Saben bien que el mundo está en un permanente desequilibrio de un total desmoronamiento. Está en todos vosotros el llamado a tratar de hacer un mundo mejor, estar del lado de la verdad. Conozcan bien primero LA LEY Y LA JUSTICIA. El camino principal es conocer a DIOS. No tomar la Santa Escritura para jurar y luego no cumplir la ley que han prometido. No miren vuestros enriquecimientos, sino miren a los pueblos, el mundo muriendo de hambre, de desolación, plagas, enfermedades. Vosotros que gobiernan al mundo aún no toman conciencia de lo que están viviendo.Sean vosotros Presidentes, Gobernantes; a vosotros que estáis en la Casa de mi Padre; son vosotros portadores de llevar la luz al mundo.Ya es tiempo de hablar a la juventud, de poner un límite a la juventud, a los hombres que están en oscuridad: dejar el odio, maldad, egoísmo. Trabajar en la hermandad, consolidarla, ser verdaderos hermanos sin importar su color de piel ni su sangre. Ante mi Padre todos somos iguales. Saber que el único camino está en vuestro Señor Jesucristo Dios. Nada impone El Señor. Desea moral espiritual en los hombres (que deben) buscar la verdadera luz que os da Cristo. Juntos verán un nuevo amanecer. No escondáis vuestros pensamientos y corazón a la Nueva Luz. Sean abiertos al amor y fe. Éstos crezcan dentro de estos corazones con infinito amor, fe entrega.
Sean verdaderos hermanos en Cristo; los ama. No hay amor más grande que el de Él. Sean dignos de Él. No duden, hoy y siempre estoy presente a vuestro lado en vuestras necesidades. Los guío hacia la paz. No se engañen, debéis demostrar que pueden hacerlo. Pidan siempre la luz, la sabiduría que os da Cristo. Presidentes que vuestros pensamientos estén primero puestos en el pueblo. Si hoy toman mis palabras el mundo volverá como en los tiempos pasados; aún hay buenas semillas, buenos brotes. Habrá paz, la viña dará buenos frutos. La tierra dará abundantes frutos. El cielo os da el sol, el riego, el rocío. Habrá paz, no tempestad en vuestros corazones. Habrá amor, nacerá en muchos la humildad, la fe.Mi pueblo, el mundo conoce Mi Nombre: Soy El Señor Jesucristo Dios, vuestro Creador. Yo Soy Aquél que dice AQUÍ ESTOY. Venid a Mí ustedes Presidentes, gobernantes. Y a vosotros que estáis en la Casa de mi Padre que no les queden dudas: desde acá, de La Argentina hacia el mundo, desde aquí se habla, se ordena. Dios considera a esta tierra un lugar especial. Ya lo he dicho: desde acá sale la voz de Vuestro Señor Jesucristo Dios.
Es un llamado a todas las naciones del mundo. Sepan que en vuestros caminos habrán de tener entrega, amor, fe, ser misericordiosos con vuestros hermanos. Hoy y siempre os doy de mis manos copiosísimas bendiciones”.
Leed:
- Isaías 55, 1 al 11
- Juan 16, 16 al 25
- Mateo 5, 13 al 19
- 1 Corintios 11, 28 al 32
- Hebreos 12, 5 al 8
* * * * * * * * * * * * *
Isaías 55, 1 al 11
Promesa de una alianza eterna
55:1 ¡Vengan a tomar agua, todos los sedientos, y el que no tenga dinero, venga también!
Coman gratuitamente su ración de trigo, y sin pagar, tomen vino y leche.
55:2 ¿Por qué gastan dinero en algo que no alimenta y sus ganancias, en algo que no sacia?
Háganme caso, y comerán buena comida, se deleitarán con sabrosos manjares.
55:3 Presten atención y vengan a mí, escuchen bien y vivirán. Yo haré con ustedes una alianza eterna, obra de mi inquebrantable amor a David.
55:4 Yo lo he puesto como testigo para los pueblos, jefe y soberano de naciones.
55:5 Tú llamarás a una nación que no conocías, y una nación que no te conocía correrá hacia ti, a causa del Señor, tu Dios, y por el Santo de Israel, que te glorifica.
Los
inescrutables caminos del Señor55:1 ¡Vengan a tomar agua, todos los sedientos, y el que no tenga dinero, venga también!
Coman gratuitamente su ración de trigo, y sin pagar, tomen vino y leche.
55:2 ¿Por qué gastan dinero en algo que no alimenta y sus ganancias, en algo que no sacia?
Háganme caso, y comerán buena comida, se deleitarán con sabrosos manjares.
55:3 Presten atención y vengan a mí, escuchen bien y vivirán. Yo haré con ustedes una alianza eterna, obra de mi inquebrantable amor a David.
55:4 Yo lo he puesto como testigo para los pueblos, jefe y soberano de naciones.
55:5 Tú llamarás a una nación que no conocías, y una nación que no te conocía correrá hacia ti, a causa del Señor, tu Dios, y por el Santo de Israel, que te glorifica.
55:6 ¡Busquen al Señor mientras se deja encontrar, llámenlo mientras está cerca!
55:7 Que el malvado abandone su camino y el hombre perverso, sus pensamientos;
que vuelva al Señor, y él le tendrá compasión, a nuestro Dios, que es generoso en perdonar.
55:8 Porque los pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos de ustedes son mis caminos —oráculo del Señor—.
55:9 Como el cielo se alza por encima de la tierra, así sobrepasan mis caminos y mis pensamientos a los caminos y a los pensamientos de ustedes.
La eficacia de
55:10 Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven a él sin haber empapado la tierra, sin haberla fecundado y hecho germinar, para que dé la semilla al sembrador y el pan al que come,
55:11 así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé.
Juan 16, 16 al 25
La vuelta de Jesús al Padre
16:16 Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver".
16:17 Entonces algunos de sus discípulos comentaban entre sí: "¿Qué significa esto que nos dice: "Dentro de poco ya no me verán, y poco después, me volverán a ver"? ¿Y qué significa: "Yo me voy al Padre"?"
16:18 Decían: "¿Qué es este poco de tiempo? No entendemos lo que quiere decir".
16:19 Jesús se dio cuenta de que deseaban interrogarlo y les dijo: "Ustedes se preguntan entre sí qué significan mis palabras: "Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver".
16:20 Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo.
16:21 La mujer, cuando va a dar a luz, siente angustia porque le llegó la hora; pero cuando nace el niño, se olvida de su dolor, por la alegría que siente al ver que ha venido un hombre al mundo.
16:22 También ustedes ahora están tristes, pero yo los volveré a ver, y tendrán una alegría
que nadie les podrá quitar.
16:23 Aquel día no me harán más preguntas. Les aseguro que todo lo que pidan al Padre,
él se lo concederá en mi Nombre.
16:24 Hasta ahora, no han pedido nada en mi Nombre. Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta.
16:25 Les he dicho todo esto por medio de parábolas. Llega la hora en que ya no les hablaré por medio de parábolas, sino que les hablaré claramente del Padre.
16:16 Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver".
16:17 Entonces algunos de sus discípulos comentaban entre sí: "¿Qué significa esto que nos dice: "Dentro de poco ya no me verán, y poco después, me volverán a ver"? ¿Y qué significa: "Yo me voy al Padre"?"
16:18 Decían: "¿Qué es este poco de tiempo? No entendemos lo que quiere decir".
16:19 Jesús se dio cuenta de que deseaban interrogarlo y les dijo: "Ustedes se preguntan entre sí qué significan mis palabras: "Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver".
16:20 Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo.
16:21 La mujer, cuando va a dar a luz, siente angustia porque le llegó la hora; pero cuando nace el niño, se olvida de su dolor, por la alegría que siente al ver que ha venido un hombre al mundo.
16:22 También ustedes ahora están tristes, pero yo los volveré a ver, y tendrán una alegría
que nadie les podrá quitar.
16:23 Aquel día no me harán más preguntas. Les aseguro que todo lo que pidan al Padre,
él se lo concederá en mi Nombre.
16:24 Hasta ahora, no han pedido nada en mi Nombre. Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta.
16:25 Les he dicho todo esto por medio de parábolas. Llega la hora en que ya no les hablaré por medio de parábolas, sino que les hablaré claramente del Padre.
Mateo 5, 13 al 19
La sal de la tierra y la luz del mundo
5:13 Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.
5:14 Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña.
5:15 Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa.
5:16 Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.
5:13 Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.
5:14 Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña.
5:15 Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa.
5:16 Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.
Jesús y la Ley
5:17 No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he
venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
5:18 Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice.
5:19 El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.
5:18 Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice.
5:19 El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.
1 Corintios 11, 28 al 32
Condiciones para celebrar la Eucaristía
11:28 Que cada uno se examine a sí mismo antes de comer este pan y beber esta copa;
11:29 porque si come y bebe sin discernir el Cuerpo del Señor, come y bebe su propia condenación.
11:30 Por eso, entre ustedes hay muchos enfermos y débiles, y son muchos los que han muerto.
11:31 Si nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos condenados.
11:32 Pero el Señor nos juzga y nos corrige para que no seamos condenados con el mundo.
11:28 Que cada uno se examine a sí mismo antes de comer este pan y beber esta copa;
11:29 porque si come y bebe sin discernir el Cuerpo del Señor, come y bebe su propia condenación.
11:30 Por eso, entre ustedes hay muchos enfermos y débiles, y son muchos los que han muerto.
11:31 Si nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos condenados.
11:32 Pero el Señor nos juzga y nos corrige para que no seamos condenados con el mundo.
Hebreos 12, 5 al 8
Dios nos corrige como a hijos
12:5 Han echado en olvido la exhortación que como a hijos se les dirige: Hijo mío, no menosprecies la corrección del Señor; ni te desanimes al ser reprendido por él.
12:6 Pues a quien ama el Señor, le corrige; y azota a todos los hijos que acoge.
12:7 Sufran para corrección de ustedes. Como a hijos los trata Dios, y, ¿qué hijo hay a quien su padre no corrige?
12:8 Mas si quedan sin corrección, cosa que todos reciben, señal de que son bastardos y no hijos.
12:5 Han echado en olvido la exhortación que como a hijos se les dirige: Hijo mío, no menosprecies la corrección del Señor; ni te desanimes al ser reprendido por él.
12:6 Pues a quien ama el Señor, le corrige; y azota a todos los hijos que acoge.
12:7 Sufran para corrección de ustedes. Como a hijos los trata Dios, y, ¿qué hijo hay a quien su padre no corrige?
12:8 Mas si quedan sin corrección, cosa que todos reciben, señal de que son bastardos y no hijos.
